sábado, noviembre 12, 2005

4 palabras (de ella y el)


Abrió los ojos, despertó; la luz que irradiaba su sonrisa opacó a los demás de su condición...estaba feliz -ese era su estado natural- había soñado con aves multicolores que la mecían por todos lados; tomó una en su mano, la acarició, la besó, el ave no podía creer que aquella dulce niña pudiera tan siquiera acercársele. Ella una flor, una joven flor... decir que es hermosa no es suficiente, sería como decir que en el arte hay límites, y en el arte no hay límites; ella es arte, su forma de ser es arte, su manera de soñar es arte, se dedica al arte o a alguna actividad similar.
Él, un personaje típico de cada cuento, pero que lucha por no ser tan típico como los demás; un personaje metido en su mundo, enclaustrado en su mundo... ella, libre, con muchos mundos; siempre le dijo a él que no estaba bien su adicción por su mundo. Pero él pensaba "-mi mundo podrá aprisionar mi cuerpo, mi tiempo, mi hacer...pero mi alma, mi corazón y mi sentir son libres, libres para pensar en tí. En tí pequeña flor.-"
Ella no sabía que desde ya hacía tiempo lo había cautivado -de hecho, él se negaba a reconocerlo, a aceptarlo- por eso se enfrascaba en situaciones absurdas, dañadas, infantiles y que solo conseguían que se hundiera más en su adicta soledad.
Y él que a los ojos de todos parecía un personaje con la mayor cantidad de amigos, podía contar en ellos a unos cuantos... a uno que siempre respetó y respetará y le debe la apertura de su mundo, a otro que es como su hermano, a uno más que es su compañero diario, su amigo fiel de momentos, comidas y placeres, a una a quien adora como quien adora a una hermana y a "ella", su más grande amiga, su todo, su tierno abrazo, su compañia.
Él pregonaba lo que el famoso pintor decía "- yo no busco, yo encuentro-", y él encontró algo que no estaba buscando, la encontró a ella, la vió y supo que jamás la olvidaría; la ayudó, la apoyó (como lo hará siempre) y supo que por ella haría lo que a su alcance estuviese; que nadaría mares, que lucharía contra todo con tal de nunca verla sufrir.
Se llevan de maravilla, se tratan de maravilla; él la respeta, la admira y espera nunca perderla...ha pasado mucho tiempo y se llevan de maravilla.
Y hoy, él se encuentra frente a ella, muerto del nervio, pensando que no existe momento más sublime que éste, mirándola, nadando en sus ojos, viviendo de su sonrisa, reconociendo su olor, detectando cada sonido que de su pecho emigra...se encuentra él con ella con nervio y con alivio..."Existe solo una vida y hay que atreverse a hacer las cosas"
Ahora ella lo sabe o él creé que lo sabe -como siempre soltó un discurso, una palabrería, una sarta de palabras articuladas-, él que siempre ha proclamado por la síntesis, no ha podido articular tan sólo 4 palabras...
Ahora, ha entregado su alma y su ser, ha aferrado su piel a la de ella, se ha envuelto como en un manantial, ha naufragado en sus ojos, se perdió en su mar y, él ha comprendido que si hay algo peor que morir eso es estar sin ella.
4 palabras, tan sólo 4 palabras:
"Estoy enamorado de tí"

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