este es para elmer: De amores...monos

La vida es un largo sueño. ¿Para qué abrumarla con fatigas? Por eso todo el día estoy ebrio.

Todo oficio lo primero que comprueba es la pasión por vivir. Hay que descubrir lo que se quiere hacer. La gente debe leer y debe leer con gusto y si además lo hace bello, qué mejor. Yo conozco a uno que lee, que disfruta lo que lee y que pone en práctica la pasión por el oficio que desempeña.

Todo ser humano debe saber escoger el oficio que permita expresar todas las capacidades, sentimientos y verdades que el hombre tenga para poder alcanzar la felicidad.Yo conozco a un hombre que acepta que el oficio que tiene es un compromiso de nivel social, un compromiso de calidad, de carácter técnico y además pone en práctica el compromiso propio del pensamiento.

Ese es Elmer: el diseñador, el docente, el amigo...el monero. El análisis del objeto es fundamental; hay que ver qué función debe tener con respecto al entorno. Saber lo que quiere uno obtener de las cosas nos permite saber qué vamos a buscar, cómo lo vamos a buscar y a quién lo vamos a dirigir. La plática, la disertación, el discurso y el contacto ameno hace que la idea fluya, o al menos nazca. Diseñar es profundizar, es razonar, es sentir, es amar.

En el diseño de Elmer : el color es la sangre, lo sintético es el corazón, el dibujo es el cuerpo, la risa es la vida, el mono...el espíritu. Anteriormente los bohemios se reunían en sus atellieres, gozaban sus tertulias en los cafés, en los bares, en las cantinas, en los burdeles. Así, los artistas daban a conocer lo que ellos hacían, o sabían lo que hacían sus amigos; aquí se criticaba, se intervenía antes de ir a la impresión...se conocían bocetos, manuscritos, bosquejos, etc...ahora ya no es así.

Elmer es mi amigo -doy gracias por ello- nos reunimos, platicamos, comemos, tenemos nuestras tertulias -como antes lo hacían los grandes- yo con lo que veo sé que Elmer es grande; conozco cada rasgo inicial de un diseño plasmado en una simple servilleta de papel -reconozco que creo que soy responsable de tan aberrante acción de dibujar mientras se come- he olfateado cada línea de tinta sobre una servilleta del Café Andrade, del “Paisa”, de Mcdonald’s o con “Doña Pelos” o donde el hambre nos deje caer el cuerpo -no quiero con esto ser apologista o comercialero de negocios alimenticios o chatarreros- sólo trato de definir nuestros nuevos atellieres o lugares bohemios de reunión; hablamos de política, de la docencia, del diseño, de los cuates, de las mujeres....oh sí, de las mujeres, y en ese momento, la magia se hace presente: surge un mono, nace la vida, una nueva existencia se abre paso entre los panes de gozo, la sopa de sonrisas, la pasta de dulzuras y el asado de satisfacciones.

La gastritis gráfica ha surgido y ha empezado a doler,...y a gustar. Dibujar es un vicio, es como embriagarse, es regodearse, es vivir. Elmer ha creado un nuevo mono.

Los monos de Elmer nacen gracias a que él conoce la realidad y su entorno, es ilimitado; no sabe de todo, pero tiene metodología, ideología y sentimiento (eso que hace que se le facilite el surgimiento de la idea). Elmer conoce la idea y el concepto, su trabajo no es sólo el dibujo, es la técnica, es la depuración, es la utilización del intelecto.

Elmer es un ser creativo, tiene la suerte de ser diseñador gráfico, tiene un alto grado de sensibilidad humana, disfruta la vida, trata de hacer hermoso lo que hace o con lo que está comprometido; no se deja convencer por la monotonía y la cotidianeidad, se nota en sus monos, tan diferentes, tan únicos...tan felices.

Es un artista, su trabajo es un arte contestatario, de los que mueven masas, de esos que no se quedan callados, de los que son protestas, de los que gritan lo que se va a decir...más allá del diseño bonito.Es un espíritu de formas que son igual a contenido, que caminan, que andan, que vagan...las formas creadas por Elmer tienen la capacidad de decir las cosas por sí solas.

Por eso me callo ya, quiero caminar, quiero observar, quiero soñar, quiero embriagarme.

Elmer: camina...yo te sigo